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La conciencia es una realidad de experiencia: todos los hombres juzgan, al actuar, si lo que hacen está bien o mal. Este conocimiento intelectual de nuestros propios actos es la conciencia.
Conciencia Recta
La conciencia seria recta si el criterio de división es una razón del modo de juzgar el acto, es decir, cuando juzga el acto en cuanto la bondad o malasia del mismo con fundamente o credencia.
Conciencia Verdadera
La conciencia verdadera seria cuando vas a su conclusión en principios morales y se hace un razonamiento en conformidad con esto.
Conciencia Cierta
Es la que juzga de la bondad de un acto con firmeza y sin temor a errar. Hay obligación de actuar de esa manera porque de lo contrario nos exponemos a ofender a Dios. No es necesaria la certeza absoluta, que excluya toda duda; basta la certeza moral, que excluye la duda prudente y con fundamento.
Conciencia Dudosa
Es la que no sabe que pensar sobre la moralidad de un acto, se abstiene de emitir un juicio, que es el acto esencial de la conciencia; es más bien un estado de la mente.
Conciencia Errónea
Puede ser vencible o invenciblemente; en el primer caso la conciencia juzga mal por descuido o negligencia en informarse, y en el segundo no es posible dejar el error porque no se conoce, o porque se hizo lo posible por salir de él sin conseguirlo.
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